Salado

Lo ideal es salar inmediatamente después del copinado, tratar en lo posible de usar sal no yodada. La sal de grano fino es excelente, para empezar el salado ya deben tener todas las partes bien volteadas y sin huesos.

Para salar la piel es necesario ponerla sobre una superficie plana, en caso de que se pueda quedar ahí por varios días es necesario poner debajo de la misma una madera o un cartón inclinado para escurrir el agua que escurre de la piel, el cartón o madera es para evitar la humedad del piso. En cualquier caso, previo a salar la piel hay que estirarla evitando que queden dobleces.

Posteriormente ponerle encima suficiente sal de mesa y/o de grano fino frotando la sal sobre cada milímetro de la piel para que se adherirla bien, dejando una capa gruesa de sal por encima de la piel y que sea aproximadamente de 1 cm.

Como regla a la piel más gruesa se le pone más sal y además poner más cantidad de sal sobre las partes más carnosas, como nariz, orejas etc. Si después de salar se va a doblar la piel por falta de espacio dejar el pelo por fuera y reacomodar la piel para tratar que todas las partes tengan sal, estos procesos se repiten varias veces.

De 6 a 8 kilos de sal para una cabeza de venado cola blanca grade, para la primer salada  3 o 4 Kilos  que es cuando más cantidad se necesita y que sea una capa gruesa de aproximadamente  1 cm , se deja reposar por un día a la sombra, al día siguiente hay que quitar toda la sal que le sea posible haciéndolo con una espátula o cuchillo a modo de escurrir la sal mojada de la piel, con cuidado puede darle golpes con un palo para quitarla, se le puede barrer la sal para quitar los excesos,  también  hay que reabrir y estirar  la piel   para que seque más rápido y de forma más uniforme , luego se puede colgar un rato de preferencia donde corra aire y se sala nuevamente como la primera vez pero con poco menos sal, 2 o 3 kilos pueden ser suficientes, hacer una tercer salada con el mismo proceso 1 o 2 kilos y preparar para empaquetar después de orear bien  la piel y empiece a estar tiesa.

La empaquetada es  algo variable pues depende del  clima aunque por regla general  es  después de 6 a 15 días, cuando la piel ya no escurre que puede ser después de 3 o más saladas se cuelga  a la mitad un lugar donde corra aire preferentemente y sobre algo que no sea de fierro, dejándola  así 2 o 3 días , ir revisando como se  empieza a entiesar e ir doblándola evitando arrugas para hacer un paquete más chico y facilitar su transporte, idealmente el pelo va por dentro, pero en el caso de que quede  por fuera envolver con algo que la proteja bien para evitar que no se raspe o se golpee, si se va a guardar por largo tiempo hay que tratarla antes de doblar.

Si se va a guardar por más de 30 días es  muy importante evitar que se la coman polillas o roedores, este paso se hace cuando ya está casi seca y se pretende empezar a doblar, para eso hay que rociar agua con un atomizador en ambos lados de la piel pero muy muy levemente e inmediatamente se le pone por ambos lados algún tipo de insecticida en polvo, el agua sirve para que se adhiera bien, el polvo para hormigas es muy bueno y luego la dobla (usar guantes). Así se deja secar, y ya bien seca al 100% se mete en bolsa de plástico gruesa y se cierra bien con grapas, cinta gris,  sellarla  con calor. o emplallarla con kleen pack también llamado poliestrech (si no está bien seca no meter en plástico)

Se sala igual pero con más sal hasta empaquetar a último minuto de su salida, se escurre igual, se raspa más , se golpea más para quitar toda la sal húmeda y además se puede secar con papel absorbente, o toallas, papel de baño , cualquier cosa que absorba humedad, se le pone algo de sal nueva como siempre y encima se le ponen pliegos de papel, toallas o papel  para que lo que escurra se absorba por este papel. Por fuera también se envuelve, y ya al final por encima con plástico 1 o varias bolsas, llegado a su destino abrir el paquete y salar como se   hace comúnmente o meter a congelar, NO  dejar así envuelto,  por lo menos abrir el paquete y poner a escurrir la piel y llevarla al taxidermista.